Ya desde pequeños debemos fomentar el valor extraordinario de las cosas que nos rodea, cuya duración de las mismas está en nuestras manos, en nuestra capacidad de pensar en transformarlas y de reutilizarlas. Hoy hemos pensado en este material tan importante en las aulas, "EL PAPEL".
Grandes cantidades de este material básico, usados en nuestras escuelas y que pasan por sus manitas casi desapercibidos por un instante, pero la maestra o el maestro ayudan a ver su alto potencial, abrirles a un mundo nuevo de infinitas posibilidades creativas, por eso, vamos a dedicarle un espacio a este gran elemento, que está tan presente en nuestras vidas y vamos a divertirnos con la experiencia. Ser capaces de crear papel del que tiramos a la papelera de clase y que ya no "sirve", que vean, que puede tener otras utilidades de nuevo en clase, es fantástico y sorprendente para ellos y ellas, además se crea nuevas mentalidadesmás abiertas y flexibles sobre los recursos con los que les rodea desde tan temprana edad, desarrollándose en ellos el ser creativo infinito que puede llegar a ser el ser humano, logrando infinidad de reproducciones artísticas y de gran belleza, se les abre una visión nueva de que todo puede ser posible en nuestra imaginación con un poco de papel viejo al que alargamos la vida una y otra vez.
Comienza la a aventura de un papel cualquiera:
El papel llega a la asamblea blanco sin arrugas, pero que hacemos con él, todos quieren pintarlo, pero cómo lo pintamos, qué vamos a pintar, cada uno piensa y expresa en voz alta lo que quieren pintar, unos quieren pintar con pintura y pincel, otros con lápices de colores como siempre hacemos, pero de pronto, la maestra muestra otro elemento, trozos de lanas que estaban en una caja olvidada y nadie las quería para nada y les dice a sus niños, ¿qué podemos hacer con esto? hoy no podemos utilizar los pinceles, nis las manos para pintar, solo tenemos esta lana vieja y las pinturas, los alumnos cogen cada uno un trozo y uno dice que pegarla en el papel con pegamento, pero no tenemos pegamento, dice otro, solo tenemos pinturas. Uno juguetea con la lana sobre el papel, como si fuera una serpiente, los otros hacen lo mismo, es divertido, pero otros quieren pintar sobre el papel, pero no pueden pintar con las manos y no tienen pinceles, los niños empiezan a pensar en pintar con las lanas, y cada uno mete la suya en el color que les gusta, es guay, la lana se ha puesto roja, se lanza hacer una serpiente roja, y tira de la lana sobre la superficie del papel, los demás miran la serpiente que ha pintado la compañera y todos quieren pintar también con su lana, lineas de todos los colores, empiezan a aparecer en el papel blanco, sin un orden, ni lógica, fluye la espontaneidad del movimiento libre. Se crea una explosión de lineas curvas, restas, cruzadas, finas , discontinuas gruesas, alargadas... terminado el momento lo colgamos y observamos, damos nuestra opinión de nuestro dibujo hecho sin pincel, sin nuestros dedos y manos. Ha sido diferente, nuevo, de pronto surgen, otras ideas para realizar , podemos pintar con tapones, podemos pintar... infinitos objetos a cual más raros, pero eso será otra historia.
nuestro papel ya no es blanco y lo hemos tenido colgado en clase durante un tiempo, le hemos colocado encima y quitado nuestros dibujos, ya de tanto usarlo terminó roto y llegó la hora de quitarlo, y renovar el tablón. que podemos hacer con él, ya no sirve, tirarlo a la basura, que se va hacer, ¡noooo!,¡ a la basura no!, podemos transformarlo, en papel nuevo, pero ¿cómo?, la maestra, les enseña los pasos para volver hacer papel.
Picamos con las manos el papel en tañamos muy pequeños, lo metemos en un recipiente con agua y dejamos que se empape bien, le pasamos la batidora un buen rato para que esté la celulosa bien desmigada, a continuación, podemos teñir el papel.
Nosotros usamos papel de seda rojo y salió rosa, en otra ocasión experimentamos con las virutas de los colores viejos de cera y también usamos raíces de cebolla para darle textura.
luego, metimos un cernidor de harina rectangular para darle esa forma al papel nuevo, lo metimos en el agua y movimos hacia los lados con suavidad, nos quedamos quietos un instante que se asiente el papel y vamos levantándolo poco a poco ,dejando que se vaya el agua, después, en una bayeta le damos la vuelta con
cuidado y la dejamos que se sequen colocando las bayetas encimas unas de otras, prensándolas con unas tablas y colocando peso para que escurra todo el agua sobrante, luego con cuidado separamos las bayetas y las colocamos cerca de la ventana y seque más rápido, con algo encima para que el papel salga recto, el grosor del papel dependerá de la cantidad de celulosa que haya cogido al sacarla del agua, teniendo en cuenta los bordes del cernidor de harina, si son muy finos o gruesos en la base.
pasado unos días vemos que el papel está seco y con mucho cuidado lo vamos despegando de la bayeta.Ya está listo para ser reutilizado.
Nosotros lo convertimos en etiquetas para nuestra exposición de pinturas de seda donde colocamos la foto y nuestro nombre, quedó estupendo y otras muchas cosas...(Tarjeta para felicitar a papá por su día, hojas de otoños, etc.)